La sostenibilidad en la estrategia europea del transporte
14 Enero 2021
La sostenibilidad en la estrategia europea de transporte
Hace unas semanas la Comisión Europea presentó la estrategia para una movilidad sostenible e inteligente (COM 2020-789) dirigida a la reducción de las emisiones, del 90% para 2050 y 55% para 2030, en coherencia con el Green deal y la transición digital. De esta forma, la Comisión europea fija una hoja de ruta para alinear el sector del transporte, estratégico para los territorios, la economía y la sociedad, pero, también con impactos negativos significativos (ej: emisiones co2, contaminación, accidentes, pérdida biodiversidad, bienestar y salud) con la prioridad de la neutralidad climática de la economía.
Los objetivos de reducción de emisiones se asientan en tres prioridades, que van a suponer una transformación sistémica del sector del transporte y la movilidad actuales. Se trata de las siguientes:
- La conversión hacia la sostenibilidad de todos los modos de transporte. Ello conlleva esencialmente, intervenir respecto de los vehículos, para que sean de 0 emisiones, como respecto de los combustibles renovables y bajo carbono. En este ámbito, están previstas, entre otras, modificaciones de distintas disposiciones sobre vehículos terrestres limpios, sobre los estándares de emisiones co2 para automóviles, furgonetas, vehículos pesados o las infraestructuras de combustibles alternativos. Para 2030, se fija el objetivo de que circulen 30 millones de vehículos 0 emisiones en las carreteras de UE
- Las alternativas sostenibles deben estar disponibles en el sistema de transporte multimodal. Los ciudadanos, cuyos patrones de consumo están cambiando, y se han reforzado en la pandemia a resultas de las soluciones digitales (ej: teletrabajo, videoconferencias, comercio electrónico…) apuestan por modelos de transporte sostenible en su movilidad diaria en condiciones de coste, disponibilidad y velocidad. Por lo tanto, las alternativas sostenibles deben ser seguras, competitivas y asequibles. Esta demanda obliga a una transformación decidida del sector del trasporte hacia servicios de movilidad multimodales, sostenibles e inteligentes y cuyo posicionamiento debe integrar criterios de sostenibilidad acorde al objetivo de neutralidad climática. Asi por ejemplo, se considera al transporte ferroviario más sostenible para trayectos cortos, y servicios transfronterizos, fijándose un objetivo para 2030 de doblar el tráfico de la alta velocidad y priorizar las opciones transporte de bajo carbono en itinerarios inferiores a 500km.
- En el ámbito urbano, conforme al papel de las ciudades en la transición verde, se apuesta por el aumento del transporte público, la movilidad activa y la movilidad autónoma, conectada y multimodal, fomentándose iniciativas como “ciudades climáticamente neutras e inteligentes”. El objetivo para 2030 es alcanzar 100 ciudades europeas climáticamente neutras. Pero esa multimodalidad no se limita al entorno urbano, sino que debe igualmente ser facilitada, a través de las soluciones digitales, en zonas rurales y suburbanas a través de servicios a la demanda y servicios Maas (mobility as service) que contribuyan a la reducción de vehículos en el tráfico diario. En esa dirección, se prevé la revisión del paquete de movilidad urbana para clarificar la gestión de la movilidad local y regional, incluyendo una mejor planificación urbana y conectividad con áreas rurales y suburbanas ofreciendo soluciones sostenibles a los desplazamientos diarios y al tráfico urbano de mercancías (primera/última milla)
- El establecimiento de incentivos para el desarrollo de la movilidad de 0 emisiones, principalmente económicos (ej: Precio carbono, impuestos verdes e infraestructuras de recarga) y de divulgación de una mayor y mejor información a los usuarios. Merecen destacarse:
- La aplicación del principio de quien contamina paga en todos los modos de transporte, para internalizar los costes ambientales, extendiendo del sistema de comercio emisiones (EU ETS) al transporte marítimo, al transporte terrestre y la revisión del régimen actual del transporte aéreo. Los recursos del sistema EU ETS se destinarían a I+D para la reducción de emisiones
- La eliminación de ayudas a los combustibles fósiles (revisión de la directiva de fiscalidad de energía) y la modificación de la fiscalidad del uso de infraestructuras (ej; Revisión de directiva de euroviñeta)
- La comunicación de los operadores de transporte sobre la huella carbono de los trayectos, para que los usuarios puedan elegir entre las alternativas de transporte más sostenibles. Esta medida podría convertirse en un derecho del pasajero y en ese caso, se aplicaría, a todos los modos de transporte.
- La dedicación de fondos europeos a inversiones a investigación y desarrollo en ámbitos referidos a los vehículos, combustibles renovables e infraestructuras de combustibles bajo carbono, y a la ejecución de la red básica TEN.
- La definición de criterios técnicos, basados en la taxonomía, para definir todos los modos de transporte que permita la decisión de ayudas al transporte acorde a la transición a la sostenibilidad, dando a todos los modos más oportunidades para que compitan, en términos de acceso a recursos económicos.
- La utilización más eficiente de los recursos públicos en autoridades locales y nacionales para utilizar las obligaciones de servicio público (OSP) para mejorar la conectividad y reflejar los objetivos de la política transporte y la introducción de criterios de sostenibilidad. Un ejemplo de ello podría ser dar prioridad en recorridos cortos a transporte alternativos más sostenibles y competitivos respecto del transporte aéreo.
A modo de conclusión, la estrategia de movilidad europea sitúa a todos los modos de transporte ante el reto de la transición verde y digital donde la integración multimodal en servicios, pagos e información será una realidad así como la “carrera” por la sostenibilidad en aras a la consolidar un posicionamiento en el mercado. Los esfuerzos de inversión, organización y capacitación exigidos a las empresas para su modernización serán importantes, en un sector muy afectado actualmente por la pandemia, pero también destinatario de los fondos europeos de recuperación.
Frente a ello, los ciudadanos, también deberemos resetear nuestra manera de movernos, de forma, más sostenible, colaborativa y priorizando el uso de servicios frente a propiedad. Se abre así, un abanico de opciones de servicios más competitivos, más sostenibles y más accesibles. En esa evolución, el compromiso activo de las empresas en la reducción del impacto de los desplazamientos de sus empleados y la fiscalidad ligada a la sostenibilidad ambiental serán palancas relevantes. La realización de cambios siempre encuentran resistencias de todo tipo, pero la emergencia climática europea y los mecanismos legales y financieros que van a adoptarse, constituyen una oportunidad de desarrollo económico para avanzar en el transporte y la movilidad sostenible e inteligente.
Maria Garayo Maiztegui
Socia Sofiver